miércoles, 27 de diciembre de 2017

El Cuento del Día | El Desapego



El Cuento del Día

Había un hombre muy ansioso y avaricioso lleno de problemas y angustias.

    Desesperado de ver que no podía remediar su situación, fue a pedir ayuda a uno de los maestros más sabios del pueblo, el maestro zen, para que este le ayudara a solucionar su vida.

    Cuando encontró al maestro, estaba a punto de comenzar su clase de meditación.

    Sin pensarlo, el alumno se incorporó a la clase sentándose en el suelo con todos los demás alumnos.

    El maestro entró lentamente con un cofrecito de oro en las manos, se sentó enfrente de los alumnos abrió el cofre y sacó un yapa mala, una especie de rosario que se utiliza para la meditación, se dirigió a sus alumnos y les dijo:

     - Vamos a comenzar sentados con la columna derecha observando detenidamente el flujo de nuestra respiración, etc, etc, etc…

    Pero aquel hombre ansioso no observaba su respiración, lo que observaba era aquel cofrecito de oro, estaba impresionado por aquella pieza.

    El maestro fue guiando la meditación mientras el nuevo alumno seguía perdido impactado por aquel cofrecito de oro.

    Al terminar la clase se acercó al maestro y le dijo:

     - Lo siento pero no pude concentrarme, maestro, al ver esa joya que tiene usted en su poder.

     -¿Cuál?

    Y él le contesta:

    - Ese cofre antiguo de oro, es una pieza única, valiosísima, debe costar una fortuna.

    El maestro le dice:

     - La verdad no tengo ni idea, a mí me lo regaló mi maestro que a su vez se lo regaló otro maestro y ha pasado así de generación en generación.

     - Es que si yo lo tuviera en mi poder solucionaría todos mis problemas, lo vendería y sería rico.- decía el alumno.

    El maestro se le queda mirando sorprendido, mientras el alumno desesperado no paraba de repetir que con ese cofrecito de oro solucionaría su vida entera.

    Entonces el maestro le dice:

    - Si con esto vas a solucionarlo todo, llévatelo.

    El alumno desaparece en ese instante con el cofre.

    Tiempo después el alumno vuelve y el maestro zen le pregunta:

    -¿Cómo estás? ¿solucionaste todos tus problemas con ese cofrecito tan valioso?

    Y el alumno le dice:

     -Vengo por algo todavía más valioso. Vengo por lo que le hizo podérmelo dar



AUDIO DEL PROGRAMA







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HAY UN DÍA | PROGRAMA 259

TEMA: EL DESAPEGO
AUDIO DEL PROGRAMA





¿Por qué SANAR con la inteligencia de las células?
Porque nuestras células piensan, hablan y dialogan todo el tiempo...
Porque nuestro ADN es un almacén de información y este maravilloso método nos permite entrar a través de nuestros bancos de memoria a encontrar el origen de los problemas...

Limpiar y re-programar nuestra memoria celular...
¡Los espero para compartir una experiencia asombrosa!

Adriana Torres
Prof. autorizada Memoria Celular Método Goncalves
Flores Silvestres de América

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jueves, 21 de diciembre de 2017

NACER, HACER


Es ese día, ese momento que,
al abrir tu alma
SIENTES A DIOS
escribiendo tu destino…

y tu destino es llegar a la unidad de tu ser,
a la unidad con el todo…

porque todos somos uno.




[H1D]

miércoles, 13 de diciembre de 2017

El cuento del día



El Cuento del Día

En una lejana comarca allí donde el sol aparece cada mañana, vive Long Ching, un anciano de frágil cuerpecillo y larga barba blanca. Sus modales serenos y su palabra siempre cuidadosa y amable, hacen de él un hombre respetado por todos los que lo conocen, que incluso afirman que Long Ching fue en su juventud iniciado en los misterios de la antigua sabiduría. Así que su prudencia y sobriedad es siempre objeto de admiración de todos los que lo conocen, incluido su propio y único hijo que con él vive.

Aquel día, los vecinos del poblado de Kariel se encontraban muy apenados. Durante la pasada tormenta las yeguas de Long Ching habían salido de sus corrales y escapado a las montañas, dejando al pobre anciano sin los medios habituales de subsistencia. El pueblo sentía una gran consternación por lo que no dejaban de desfilar por su honorable casa y decir repetitivamente a Long Ching: ¡Qué desgracia! ¡Pobre Long Ching! ¡Maldita tormenta la que cayó sobre tu casa! ¡Qué mala suerte ha pasado por tu vida! Tu casa está perdida...

Long Ching, amable, sereno y atento, tan sólo decía una y otra vez: Puede ser, puede ser...

Al poco sucedió que el invierno comenzó a asomar sus vientos trayendo un fuerte frío a la región, y ¡oh sorpresa!, las yeguas de Long Ching retornaron al calor de sus antiguos establos, pero en esta ocasión preñadas y acompañadas de caballos salvajes encontrados en las montañas. Con esta llegada, el ganado de Long Ching se había visto incrementado de manera inesperada. Así que el pueblo, ante este acontecimiento y sintiendo un gran regocijo por el anciano, fue desfilando por su casa, tal y como era costumbre, para felicitarlo por su suerte y su destino. ¡Qué buena suerte tienes, anciano! ¡Benditas sean las yeguas que escaparon y aumentaron tu manada! La vida es hermosa contigo, Long Ching...

A lo que el sabio anciano tan solo contestaba una y otra vez: Puede ser, puede ser.

Pasado un corto tiempo, los nuevos caballos iban siendo domesticados por el hijo de Long Ching, que desde el amanecer hasta la puesta del sol no dejaba de preparar a sus animales para sus nuevas faenas. Podría decirse que la prosperidad y la alegría reinaban en aquella casa. Una mañana como cualquier otra sucedió que uno de los caballos derribó al joven hijo de Long Ching, con tan mala fortuna que sus dos piernas se fracturaron en la caída. Como consecuencia, el único hijo del anciano quedaba impedido durante un largo tiempo para la faena diaria.

El pueblo quedó consternado por esta triste noticia, por lo que uno a uno pasando por su casa decía al anciano. ¡Qué desgraciado debes sentirte, Long Ching!, le decían apesadumbrados. ¡Qué mala suerte, tu único hijo! ¡Malditos caballos que han traído la desgracia a la casa de un hombre respetable!

El anciano escuchaba sereno y tan sólo respondía una y otra vez: Puede ser, puede ser...

Al poco, el verano caluroso fue pasando y cuando se divisaban las primeras brisas del otoño, una fuerte tensión política con el país vecino estalló en un conflicto armado. La guerra había sido declarada en la nación y todos los jóvenes disponibles eran enrolados en aquella negra aventura. Al poco de conocerse la noticia, se presentó en el poblado de Kariel un grupo de emisarios gubernamentales con la misión de alistar para el frente a todos los jóvenes disponibles de la comarca.

Al llegar a la casa de Long Ching, y comprobar la lesión de su hijo, siguieron su camino y se olvidaron del muchacho que tenía todos los síntomas de tardar en recuperarse un largo tiempo.Los vecinos de Kariel sintieron una gran alegría cuando supieron de la permanencia en el poblado del joven hijo de Long Ching.

Así que, de nuevo, uno a uno fueron visitando al anciano para expresar la admiración que sentían ante su nueva suerte. ¡Tienes una gran suerte, querido Long Ching!, le decían ¡Bendito accidente aquél, que conserva la vida de tu hijo y lo mantiene a tu lado durante la escasez y la angustia de la guerra! ¡Gran destino el tuyo, que cuida de tu persona y de tu hacienda, manteniendo al hijo en casa! ¡Qué buena suerte, Long Ching, ha pasado por tu casa!

El anciano mirando con una lucecilla traviesa en sus pupilas tan sólo contestaba: Puede ser, puede ser...  





AUDIO DEL PROGRAMA







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HAY UN DÍA | PROGRAMA 257

TEMA: LEY DE LA INTENCIÓN Y EL DESEO
AUDIO DEL PROGRAMA





¿Por qué SANAR con la inteligencia de las células?
Porque nuestras células piensan, hablan y dialogan todo el tiempo...
Porque nuestro ADN es un almacén de información y este maravilloso método nos permite entrar a través de nuestros bancos de memoria a encontrar el origen de los problemas...

Limpiar y re-programar nuestra memoria celular...
¡Los espero para compartir una experiencia asombrosa!

Adriana Torres
Prof. autorizada Memoria Celular Método Goncalves
Flores Silvestres de América

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miércoles, 6 de diciembre de 2017

HAY UN DÍA | PROGRAMA 256

TEMA: LEY DEL MENOR ESFUERZO
AUDIO DEL PROGRAMA





¿Por qué SANAR con la inteligencia de las células?
Porque nuestras células piensan, hablan y dialogan todo el tiempo...
Porque nuestro ADN es un almacén de información y este maravilloso método nos permite entrar a través de nuestros bancos de memoria a encontrar el origen de los problemas...

Limpiar y re-programar nuestra memoria celular...
¡Los espero para compartir una experiencia asombrosa!

Adriana Torres
Prof. autorizada Memoria Celular Método Goncalves
Flores Silvestres de América

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